Botella craquelada

Todo lo que pueda ser craquelado es maravilloso. Las diferentes formas de craquelar están ahí esperándote y no podrás resistirte. Por eso, cuando hay un producto nuevo para hacer  craquelado ahí estoy para probarlo.

He rescatado esta botella que hice hace tiempo y que nunca ha salido de la caja. Solo la hice para probar un producto y la técnica en si. Ya he comentado en otras ocasiones que me niego a amontonar cosas sin utilidad. Pero no suelo conseguirlo.

Para hacer este trabajo necesitas una botella que te guste, pintura acrílica, oro rico y energía positiva.

Con la botella limpia y seca se le da una capa de imprimación para que no salte la pintura de base. En mi botella podéis ver que no está completamente craquelada, sino que dejé algunas zonas para luego pintar con oro rico. Esto es opcional, claro está, pero si queréis aportar algo diferente a la botella y que no sea toda igual, dejar algunas zonas sin pintar. Para eso poner cinta de carrocero en las zonas seleccionadas. Cuando hayáis terminado de craquelar, al quitar la cinta de carrocero podéis incorporar cualquier otro detalle en esas zonas o simplemente dejarlas sin pintar para poder ver el interior de la botella.

A continuación un par de manos del color elegido. En mi caso elegí el amarillo ya que el craquelador seleccionado era color marrón tierra y al romper deja ver el fondo. Una vez seca la pintura se procede a echar el craquelador. Este craquelador se llama Tinta Craquelex y el efecto es terroso. Va craquelando poco a poco. Que no os pueda el ansia, dejarlo actuar sin prisa, siguiendo las instrucciones del fabricante. Con una mano es suficiente.

Cuando ya está seco y definitivamente craquelado es el momento de quitar la cinta carrocera y cubrir con oro rico. Este producto es un poco rebelde, así que recomiendo paciencia.

Y tantatachán ….el resultado es muy bonito.  La verdad, ahora que lo vuelvo a ver me entran ganas de ponerme a craquelar como loca.

Os deseo una feliz semana, y abrigaros para no pasar frío!!!!